El hierro es un mineral esencial para el organismo, desempeñando roles cruciales en la salud y el funcionamiento general del cuerpo. Su función más destacada es la participación en la formación de hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos y órganos. Además, el hierro es fundamental para la producción de mioglobina, que ayuda a suministrar oxígeno a los músculos.
El hierro también es vital para el metabolismo energético. Participa en la conversión de alimentos en energía, facilitando el funcionamiento de varias enzimas relacionadas con la producción de energía celular. Este mineral contribuye a reducir la fatiga y el cansancio, mejorando la capacidad física y el rendimiento general.
En el sistema inmunológico, el hierro apoya la función adecuada del sistema inmune, ayudando a mantener la salud del sistema inmunológico y la respuesta a infecciones. Además, juega un papel en la síntesis de ADN y en la división celular, lo cual es esencial para el crecimiento y desarrollo.
Una deficiencia de hierro puede llevar a anemia ferropénica, que se caracteriza por una disminución en la producción de glóbulos rojos y síntomas como debilidad, palidez y mareos.
La absorción de hierro puede ser optimizada cuando se consume con vitamina C, que facilita la conversión del hierro en su forma más absorbible. Por otro lado, algunos alimentos y bebidas, como el té y el café, pueden inhibir la absorción del hierro.