El zinc es un mineral esencial que actúa como cofactor en más de 300 enzimas, desempeñando un papel crucial en numerosos procesos metabólicos celulares. Es importante para la producción de espermatozoides y para el almacenamiento y liberación de insulina, lo cual es fundamental para controlar los niveles de azúcar en sangre.
Además, el zinc es necesario para el funcionamiento óptimo del sistema inmunológico, apoyando tanto la respuesta inmune innata como la adaptativa. Participa en la división celular y en la síntesis de proteínas, lo que favorece el crecimiento muscular, así como el mantenimiento de la piel, el cabello y las uñas. También contribuye a una cicatrización más rápida de las heridas.
Conocido por sus propiedades antioxidantes, el zinc ayuda a proteger las células del daño provocado por el estrés oxidativo y facilita la eliminación de metales pesados que pueden perjudicar el cerebro.
El zinc también es crucial para la salud del sistema cardiovascular, ya que ayuda a mantener la integridad de las células del endotelio que recubre los vasos sanguíneos, apoyando una circulación sanguínea saludable.