El magnesio es crucial para el metabolismo energético del cuerpo. Participa en el procesamiento de carbohidratos, apoya el crecimiento celular y actúa como coenzima en la síntesis de proteínas y el metabolismo de grasas, ayudando así a la producción de energía.
Este mineral también es vital para el funcionamiento normal de los músculos. Contribuye a reducir la fatiga, previene los calambres musculares y ayuda en la regulación de líquidos y electrolitos, lo que mejora el rendimiento físico y asegura una función muscular adecuada.
El magnesio facilita el transporte de iones dentro de las células, lo que afecta la transmisión de impulsos nerviosos y las contracciones y relajaciones musculares. Esto también juega un papel en la regulación de la presión arterial, ayudando a disminuir el riesgo de problemas cardiovasculares.
Además, el magnesio es importante para el sistema nervioso, apoyando la transmisión de señales nerviosas y manteniendo la salud cerebral. Una deficiencia de magnesio puede causar problemas neuromusculares y dificultades en el control del azúcar en sangre.
Se encuentra en alimentos como frutos secos, semillas, granos enteros, vegetales de hojas verdes y legumbres, y también en algunos productos de origen animal como pescado y carne. Para aquellos con necesidades dietéticas específicas, los suplementos de magnesio pueden ser beneficiosos.